Un maestro y un estudiante estaban comiendo un melón. Entonces, el maestro preguntó:
— ¿Como está? ¿Está bueno?
El estudiante no supo qué decir y elaboró la siguiente respuesta:
— En realidad, el sabor del melón no existe. Lo que percibimos es una reacción de nuestra lengua frente al melón y...
El maestro lo interrumpió:
— ¡No seas idiota, el melón está muy bueno!
Cuento de la tradición budista zen.
viernes, 28 de enero de 2011
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