El diminuto país de Arcadia tiene una manera especial de lidiar con la ira. Cuando sus habitantes acumulan demasiado enojo, introducen dos dedos en su garganta y vomitan un pequeño escarabajo negro, de mandíbulas grandes y afiladas. Luego, lo llevan a una enorme pileta pública.
Cuando la pileta se llena de escarabajos, arrojan en ella a media docena de los habitantes menos populares. Luego de un par de horas, cubren todo con tierra hasta la siguiente oportunidad.
Cuento de Graciela Pérez Aguilar.
miércoles, 12 de enero de 2011
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1 comentario:
Tremendo! No me gustaría ser un habitante de Arcadia, al menos alguien no popular :)
Muy muy bueno, Graciela.
Saludos
Jeve
Jeve y Ruma
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