Un ciempiés consultó a una lechuza acerca del dolor que sentía en las patas.
La lechuza le dijo:
— ¡Tienes demasiadas! Si te convirtieras en un ratón, sólo tendrías cuatro patas y… una vigesimoquinta parte del dolor.
— Esa es una gran idea — dijo el ciempiés—. Pero ahora dime cómo puedo convertirme en un ratón.
— ¡Hombre, no me molestes con detalles! —dijo la lechuza—. Yo solamente estoy aquí para establecer la política a seguir.
Cuento tomado del libro “Gracias, maestros”, de Juan Carlos López Rodríguez.
viernes, 7 de enero de 2011
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