Había una vez un ladrón que ya era muy viejo y no podía hacer su trabajo, de manera que se moría de hambre. Un hombre rico lo supo y mandó que le llevaran comida. Pero sucedió que los dos murieron al mismo tiempo en un gran desastre natural. Cuando llegaron a la corte celestial, el hombre rico fue juzgado y condenado por numerosas faltas de manera que se lo mandó al infierno. Al llegar allí apareció un ángel diciendo que la sentencia había sido revisada y lo enviaron directamente al cielo. El ladrón a quien ayudara había robado la lista de sus fechorías.
Cuento de la tradición sufí.
lunes, 3 de mayo de 2010
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