Había un rey que pasaba sus días reflexionando sobre tres preguntas de suma importancia: ¿Qué persona es la más importante? ¿Qué cosa es la más importante? y ¿Cuál es el momento crucial para actuar?
Ninguno de sus consejeros era capaz de respondérselas. Hasta que un día, en uno de sus paseos de incógnito llegó a un lugar alejado y buscó albergue en la casa de un venerable anciano para pasar la noche.
Un ruido lo despertó de madrugada, y vio que un hombre cubierto de sangre irrumpía en la casa del anciano. El hombre dijo:
— Me vienen siguiendo.
— Será mejor que entres y te escondas —afirmó el anciano.
Al rato llegaron los soldados perseguidores, que preguntaron al dueño de casa:
— ¿Has visto a un hombre que pasaba corriendo?
A lo que el anciano contestó que no sabía y los soldados siguieron su camino
Poco después el hombre perseguido dijo unas palabras de agradecimiento y se marchó.
A la mañana siguiente, el rey le preguntó:
— ¿No temes que caiga sobre ti alguna desgracia? ¿Cómo te atreviste a dejar entrar a aquel hombre del que nada sabías?
El anciano respondió sin inmutarse:
— Es que no hay en el mundo persona más importante que la que en este preciso instante necesita ayuda; no hay cosa más importante que prestar esa ayuda de inmediato; no hay momento más importante que este momento.
Las tres preguntas del rey quedaron contestadas.
Cuento de origen desconocido.
miércoles, 19 de mayo de 2010
Las tres preguntas más importantes
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1 comentario:
Muy bonita la nueva plantilla y los cuentos.
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