— Durante seis años busqué la iluminación —dijo el discípulo —. Siento que estoy cerca y quiero saber cómo he de dar el siguiente paso.
— ¿Cómo te mantienes? –preguntó el maestro.
— Ese es un detalle sin importancia. Mis padres son ricos y me ayudan en mi búsqueda espiritual. Gracias a ello puedo dedicarme por entero a las cosas sagradas.
— Muy bien —dijo el maestro—. Entonces, te explicaré el siguiente paso: mira al sol durante medio minuto.
El discípulo obedeció. A continuación, el maestro le pidió que describiese el paisaje a su alrededor
— No puedo hacerlo. El brillo del sol me ha deslumbrado.
— Una persona que mantiene los ojos fijos en el sol, termina ciega. Una persona que sólo busca la Luz y deja sus responsabilidades en manos de los demás, jamás encontrará lo que busca.
Cuento de la tradición sufí.
miércoles, 24 de marzo de 2010
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1 comentario:
Extraordinario cuento. Me parece que muy relevante en nuestros tiempos.
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