Durante una visita a un instituto psiquiátrico, le pregunté al director qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser internado.
— Bueno —dijo el director—, hacemos la prueba siguiente: Llenamos una bañera, luego al paciente le ofrecemos una cucharita, una taza y un balde y le pedimos que vacíe la bañera. En función de cómo vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no y con qué tratamiento empezar.
— Ah, entiendo —dije—. Una persona normal usaría el balde porque es más grande que la cucharita y la taza.
— No —dijo el director—. Una persona normal sacaría el tapón.... Usted qué prefiere, ¿una habitación con o sin vista al jardín?
Cuento de origen desconocido.
miércoles, 31 de marzo de 2010
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