Los maestros zen dan consejo personal en una habitación privada. Nadie entra mientras el maestro y el alumno están reunidos.
Mokurai, el maestro zen del templo Kennin, solía disfrutar hablando con comerciantes, y periodistas al mismo tiempo que con sus alumnos. Cierto fabricante de tinas, que era casi analfabeto frecuentemente tomaba té con él, le hacía preguntas tontas y luego se iba.
Un día, mientras el fabricante estaba allí, Mokurai quiso hablar en privado con uno de sus alumnos, así que le pidió al hombre que esperase en otra habitación.
— Según entiendo, tú eres un Buda viviente —protestó el sujeto—. Incluso los Budas de piedra de los templos jamás se niegan a recibir a las numerosas personas que se congregan frente a ellos. ¿Por qué entonces me excluyes a mí?
Mokurai tuvo que salir de la habitación para poder hablar con su alumno
Cuento de la tradición budista zen.
sábado, 27 de marzo de 2010
El Buda viviente y el fabricante de tinas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario