Humanyun Adil oyó decir a alguien:
—Si la disertación de ese maestro tuviese más sustancia, más densidad, ¡cuánto más útil sería!
Inmediatamente, Humanyun Adil exclamó:
—Eso me recuerda a aquel hombre que encontró un manuscrito sabio de cuatro páginas y lamentó cada espacio en blanco, pensando que de ese modo se desperdiciaba el papel. De pronto, mágicamente, la tinta se extendió más allá de las letras y las cuatro páginas quedaron totalmente negras.
Cuento de la tradición sufí.
domingo, 3 de abril de 2011
Una respuesta de Humanyun Adil
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