El maestro Muhak recibió cierto día la visita de un rey, a quien conocía desde tiempo atrás. Este le dijo que hacía mucho que no se reía y le rogó que bromearan un rato.
—De acuerdo —dijo Muhak—, empezad vos.
El rey comenzó a burlarse del maestro diciéndole que no valía más que un asno apaleado. Muhak, sin embargo, dijo que el rey le recordaba a Buda al pie del árbol de la iluminación.
—¿Y dónde está la gracia —preguntó el rey—. Yo te comparo con un asno apaleado y tú me igualas nada menos que con Buda.
—La gracia está en que lo propio de un asno es ver asnos en todas partes, mientras que lo propio de Buda es ver en todo la naturaleza de Buda.
Cuento de la tradición budista.
jueves, 14 de abril de 2011
La naturaleza de un asno
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