El emperador le preguntó al maestro Gudo:
— ¿Qué le sucede a un hombre iluminado después de la muerte?
— ¿Cómo podría saberlo? —respondió Gudo.
— Porque usted es un maestro —contestó al emperador.
— Sí, señor —dijo Gudo—, pero no uno muerto.
Cuento de la tradición budista zen.
jueves, 17 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario