El arquero, haciendo un esfuerzo grandioso, tensó la cuerda del arco y lanzó su última flecha. La vio alejarse en el horizonte. Esperó, inmóvil, hasta que vino a clavársele en la espalda.
Cuento de Alejandro Jodorowsky.
domingo, 19 de julio de 2009
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1 comentario:
aisssss si tan solo hubiese sido la primera flecha almenos se ahorraba un trabajo... digo de pronto me parece...
un abrazo
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