— ¿Cómo es que usted se inició en la vida espiritual? — le preguntó uno de los discípulos al maestro sufí Shams Tabrizi.
— Mi madre decía que yo no estaba lo suficientemente loco como para internarme en un hospicio, ni era lo suficientemente santo para entrar en un monasterio — respondió Tabrizi —. Entonces, decidí dedicarme al sufismo, donde aprendemos a través de la meditación libre.
— ¿Y cómo le explicó eso a su madre?
— Con la siguiente fábula: “Alguien le acercó un patito a una gata para que lo tomara a su cargo. Este seguía a su madre adoptiva por todas partes, hasta que un día, ambos llegaron frente a un lago. Inmediatamente el patito entró en el agua, mientras que la gata, desde la orilla, gritaba: ‘¡Sal de ahí! ¡Te vas a morir ahogado!’. Y el patito respondió: ‘No, madre, descubrí lo que es bueno para mí, y esto es que estoy en mi ambiente. Voy a continuar aquí, aunque tú no sepas lo que significa un lago’.
Cuento de la tradición sufí.
miércoles, 15 de julio de 2009
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1 comentario:
Me aclaro un poema el cuento, segurito debo ser un pato jajajaj pero no criollo jajaj.
un beso
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