Un campesino chino llamado Chung Fu llevaba una vida sencilla y se mantenía vendiendo verduras en el mercado. Pero, a medida que envejecía, sintió la necesidad del despertar espiritual y recurrió a un maestro que procedía de su misma aldea.
Cuando fue a verlo a la cueva en que vivía austeramente, le expuso el objeto de su visita y le pidió ayuda en la búsqueda que deseaba emprender.
—Ayúdame a saber quién soy —le dijo— y qué se supone que debo hacer en la vida.
El maestro, que lo conocía perfectamente y conocía también el camino de la liberación lo miró con fijeza, guardó silencio un rato y pronunció al final las palabras del consejo:
—Tú eres Chung Fu y se supone que debes vender verduras en el mercado.
Cuento de Carlos G. Vallés.
miércoles, 25 de mayo de 2011
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