Un hombre acudió a Wahab Imri y le pidió:
—Enséñame humildad.
—No puedo hacerlo —dijo Wahab— porque la humildad es una maestra en sí misma. Se aprende por medio de su propia práctica. Si no la puedes practicar, no la puedes aprender. Si no la puedes aprender, no quieres realmente practicarla dentro de ti.
Cuento de la tradición sufí.
lunes, 14 de febrero de 2011
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