Tosui fue el maestro zen que rompió con el formalismo monástico y se fue a vivir bajo un puente con unos pordioseros. Cuando era ya muy viejo, un amigo le procuró una forma de ganarse la vida sin necesidad de mendigar. Enseñó a Tosui cómo recolectar arroz y elaborar vinagre a partir de él, actividad a la que se dedicaría el maestro el resto de su vida.
Cierto día, mientras estaba trabajando, uno de los pordioseros vino a visitarlo y le regaló un retrato de Buda. Tosui lo colgó de la pared de su choza y escribió una nota debajo. La nota decía:
“Señor Buda: ¡Este cuarto es tan estrecho...! Puedo permitirte que te quedes aquí algunos días, pero no vayas a pensar por eso que estoy pidiéndote que me hagas renacer en tu paraíso.”
Cuento de la tradición budista zen.
jueves, 24 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario