Cuando el maestro Kitano tenía veintiocho años estudió caligrafía china y poesía. Se hizo tan hábil en estas artes que su instructor lo elogió calurosamente. Entonces, Kitano reflexionó: "Si no me detengo ahora, voy a ser un poeta, no un maestro zen". Y nunca más escribió otro poema.
Cuento de la tradición budista zen.
viernes, 29 de octubre de 2010
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