Un hombre rico y un hombre pobre mantuvieron la siguiente conversación.
— Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías? — preguntó el primero.
— El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras cumplidos — contestó el segundo.
— ¿Y si te diera la mitad de mi fortuna?
— Entonces seríamos iguales; ¿con qué fin halagarte?
— ¿Y si yo te lo diera todo?
— En ese caso, ¡no veo qué necesidad tendría de adularte!
Cuento de Ai Zi Wai Yu.
martes, 25 de agosto de 2009
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