Un hombre remaba en su bote, corriente arriba, durante una mañana muy brumosa. De pronto, vio que otro bote venía corriente abajo, sin intentar evitarlo. Avanzaba de forma tan directa hacia él que comenzó a gritar: “¡Cuidado! ¡Cuidado!”, pero aun así, el bote le dio de lleno, y casi lo hizo naufragar.
El hombre estaba muy enojado y empezó a insultar a la otra persona, para que se enterara de lo que pensaba de ella. En ese momento, pudo observar el bote más de cerca. Fue allí cuando se dio cuenta de que estaba vacío.
Cuento de la tradición budista zen.
martes, 11 de agosto de 2009
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