— Maestro — dijo un discípulo —, tú enseñas que Dios está en el interior de cada uno de nosotros pero ¿cómo puede la divinidad, tan vasta como es, caber dentro de nosotros?
— Ve hasta Ganges y tráeme un litro de agua — le respondió el maestro.
Cuando el discípulo hubo traído el agua, el maestro exclamó aparentemente asombrado:
— ¡Pero si ésta no es el agua de Ganges!
— ¡Por supuesto que sí! ¡La he sacado yo mismo del río! — protestó el discípulo.
— Entonces, ¿dónde están las tortugas, los peces, las gentes que en él se bañan, las embarcaciones, los cadáveres que arrastra y los monjes que hacen sus abluciones en él? Yo no veo nada de todo esto en ella. ¡No puede tratarse del agua en cuestión! ¡Corre a arrojarla al Ganges!
Cuando el discípulo regresó, el maestro le dijo:
— Ahora tu litro de agua, mezclado con el agua del río, contiene tortugas, peces y todo cuanto le faltaba antes. Esa sí que es el agua del Ganges.
Cuento de la tradición hindú.
martes, 4 de agosto de 2009
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1 comentario:
Y asi será que cada uno es un Dios o una parte, una molecula de lo que llaman Dios... Osho siempre decia que cuando camines, hables o simplemente duermas, todo lo hagas como un Dios, eso si jamas debes olvidar que quien esta en frente tuyo tambien lo es.
un abrazo
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