Había una vez un tonto que fue enviado con una jarra a buscar vino a la casa de un sabio y, en el camino, a causa de un descuido, rompió el recipiente contra una roca.
Cuando llegó a la casa del sabio, se presentó con el asa de la jarra y dijo:
— Fulano de Tal te enviaba esta jarra, pero una horrible piedra me la robó.
Divertido y deseando poner a prueba la coherencia del hombre, el sabio preguntó:
— Ya que el jarro fue robado, ¿por qué me ofreces el asa?
— No soy tan idiota como la gente piensa — respondió el tonto —. Traje el mango para probar mi historia.
Cuento de la tradición jasídica
sábado, 10 de enero de 2009
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1 comentario:
Hasta el más tonto puede esgrimir un argumento válido.
Cuidémonos hasta de los tontos.
Un saludo.
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