El maestro Bankei estaba un día hablando tranquilamente a sus discípulos cuando su discurso fue interrumpido por un sacerdote de otra religión. Esta religión creía en el poder de los milagros y decía que la salvación provenía de la repetición de las palabras sagradas.
Bankei escuchó atentamente y luego le preguntó al visitante qué quería decir.
El sacerdote comenzó a alardear de que el fundador de su religión podía permanecer sentado y quieto durante meses o dejar de respirar durante muchos días y pasar por el fuego sin quemarse. Cuando finalizó su charla, le preguntó al maestro: "¿Que milagros puede hacer usted?".
Bankei se limitó a contestar: "Apenas uno, cuando estoy con hambre, como y cuando estoy con sed, bebo".
Cuento de la tradición budista zen
viernes, 9 de enero de 2009
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