Cierta vez, el maestro Pai-chang le preguntó a su discípulo, Huang-po, dónde había estado. Este repuso que había estado juntando hongos al pie de un monte. Pai-chang inquirió:
—¿Has visto un tigre?
Al punto, Huang-po rugió como un tigre. Pai-chang tomó un hacha y la levantó, como disponiéndose a golpear al tigre con ella. Entonces, el discípulo le asestó un sonoro bofetón. El maestro se echó a reír a carcajadas.
De regreso al monasterio, Pai-chan les dijo a los monjes reunidos:
—Al pie del monte hay un tigre. Debéis tener cuidado: hoy me ha dado un mordisco.
Se dice que, con esas palabras, Pai-chang confirmó a Huang-po como su sucesor.
Cuento de la tradición budista zen.
jueves, 14 de julio de 2011
El mordisco de un tigre
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