Cerca del monasterio de Ibak vivía un sabio sufí, excelente negociante, que había acumulado una gran riqueza.
Un visitante del monasterio, al ver los altísimos costos de los trabajos de renovación del templo, dijo a quien quisiera escucharlo:
—¡He aquí que los caminos de la sabiduría se transforman en la senda de la ilusión! He encontrado a alguien que dice buscar la verdad y, sin embargo, está repleto de dinero.
Las palabras llegaron a oídos del sabio. Cuando le preguntaron qué tenía que decir, comentó:
—Pensaba que lo tenía todo y acabo de descubrir que me faltaba una cosa. Ahora sé que soy realmente un hombre rico, pues he conseguido un lujo más sofisticado: ver a alguien que tiene envidia de mí.
Cuento de la tradición sufí.
sábado, 16 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario