jueves, 27 de agosto de 2009

La serpiente

Un hombre estaba sentado en una piedra, contemplando su hogar desde lejos. Una gran preocupación se reflejaba en su cara y, seguramente por ella, no percibió al caminante que se aproximaba.
— ¿Qué te preocupa tanto? — le preguntó el recién llegado.
— Una serpiente entró en mi cabaña. Su presencia me aterra y estoy aqui sentado, esperando que se marche.
— ¿Y cómo puedo ayudarte?
— Mata tú a la serpiente y te daré una moneda.

El caminante entró en la cabaña y salió al poco rato con la serpiente viva en una bolsa. El hombre se asustó y le pidió que le explicara por qué no le había dado muerte.
— Matar a la serpiente no va a hacer que le pierdas el miedo.

El extraño ni siquiera pidió la moneda a cambio de su trabajo y continuó su camino, llevando consigo al reptil.

Cuento de origen desconocido.

1 comentario:

Monica Gudiño dijo...

Sabes yo le tengo terror a las serpientes, cuando era niña vivia en el campo y era comun encontrarnos con serpientes, estavamos almorzando y aparecia alguna por la puerta que da al patio en verano era algo comun, mi padre las mataba pero recuerdo una tarde que casi agarro una con la mano sin darme cuenta, jugando levante una pelota y ahí estaba detras la vivorota enrroscada ycon su lenguita afuera como saludando jajajja se me paralizo el corazón creo y luego como un rayo vole al interior de la casa, estuve dias sin salir al patio, siiiiiiiiii jajaj y mi mama decia ve a jugar ya se debe haber marchado la vivora, y yo nooooooo ni dormia trankila, hasta que mi abuela, la busco la encontro y la ejecuto jajajja, no hizo como el caminante de tu cuento, pero yo agradecida, aunque mi miedo a las serpientes es igual que siempre, pero no tengo mucho interes en enfrentarlo total no pienso vivir en la selva y ahora en la ciudad estoy a salvo nunca me encuentro con ninguna jajajja...
Me lleno de recuerdos este post, aisssssss como extraño a mi abuela.
un abrazo