miércoles, 1 de abril de 2009

La túnica

Un hombre fue invitado a comer en la mansión de unas personas muy ricas y llegó al ágape vestido con ropas modestas. Al instante, advirtió que los anfitriones eludían su saludo y que los camareros evitaban servirle.

Como vivía cerca, corrió a su casa y se vistió con una túnica muy cara y lujosa. Así volvió al banquete, donde nadie había reparado en su ausencia. A su regreso, los dueños de la casa lo recibieron cortésmente y los criados mostraron ante él grandes ademanes de respeto.

Llegado el momento de la cena, aquel hombre se quitó la túnica y la arrojó en medio de los manjares.
— ¿Por qué haces eso? — le preguntaron extrañados los anfitriones.
— Ha sido mi túnica y no yo la que ha recibido vuestro respeto y atenciones. Que sea ella la que se quede a comer.

Dicho lo cual, el hombre abandonó aquella casa.

Cuento de origen desconocido

1 comentario:

SIL dijo...

Les hubiera hecho lo mismo !!!
Muy aleccionadora tu entrada de hoy.
ABRAZOS.