Cierto día, Nasrudín entró en una tienda. El propietario se acercó para atenderlo.
— Lo primero es lo primero -dijo el mullah—. ¿Me has visto entrar a tu tienda?
— Naturalmente.
— ¿Me habías visto alguna otra vez?
— Ni una sola, en toda mi vida.
— Entonces, ¿cómo sabes que soy yo?
Cuento de la tradición sufí.
domingo, 15 de agosto de 2010
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