martes, 15 de septiembre de 2009

Un extraño animal

Un leñador trabajaba en unas remotas montañas, cuando apareció un extraño animal.
— Ah —dijo el recién llegado—, nunca antes habías visto algo como yo.

Al leñador le sorprendió muchísimo oír hablar a la bestia.
—Y estás asombrado de que pueda hablar…

Al leñador también le sorprendió que el extraño ser conociera sus pensamientos.
— Y de que sepa lo que estás pensando —continuó el animal.

Al leñador le dieron ganas de atraparlo.
— ¿Así que quieres capturarme vivo?

Aunque también podría darle un hachazo y después llevárselo a su hogar.
— Y ahora quieres matarme —dijo el ser.

El leñador se dio cuenta que no podría hacerle nada, puesto que siempre sabía lo que él pensaba. Así pues, regresó al trabajo, decidido a ignorarlo.
—Y ahora —dijo éste— me abandonas.

Mientras trabajaba, el leñador se descubrió pensando a menudo en el animal, que siempre hacía un comentario sobre ello. Deseó que se alejara, y luego le pidió que lo dejara tranquilo.

Finalmente, no sabiendo qué más hacer, el leñador se resignó y tomó su hacha, decidido a no prestarle atención. Y prosiguió con el corte de los árboles, sin nada más en la mente,

Mientras trabajaba así, sin más pensamientos que el hacha y el árbol, la cabeza del hacha voló del mango y dio muerte al animal.

Cuento de origen desconocido.

1 comentario:

Monica Gudiño dijo...

PUES SI PERO SE HACE DIFICIL NO PENSAR EN AQUELLOS QUE NOS MUEVE NO SOLO EL PENSAMIENTO SI NO TAMBIEN EMOCIONES, CLARO QUE PODEMOS HACERLO DESAPARECER PERO NO ES TAN FACIL.