Nasrudín llegó a ser primer ministro del rey. En cierta ocasión, mientras deambulaba por el palacio, vio por vez primera en su vida a un halcón real.
Hasta entonces, Nasrudín jamás había visto semejante clase de pájaro. Solamente conocía a las palomas. De modo que tomó unas tijeras y cortó con ellas las garras, las alas y el pico del halcón.
— Ahora pareces una paloma como es debido- dijo —. Tu cuidador te ha tenido muy descuidada.
Cuento de la tradición sufí
sábado, 29 de noviembre de 2008
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