Unos hindúes habían llevado un elefante a un país donde los elefantes eran totalmente desconocidos. Decidieron exhibirlo y lo colocaron en una habitación a oscuras.
Las personas pagaban una moneda y entraban de a una. Como no podían verlo, lo palpaban con la mano. El primero que entró tocó la trompa y gritó a los que esperaban afuera:
— Un elefante es como un caño de agua.
El segundo tocó una oreja y dijo:
— Un elefante es como un abanico.
El tercero se abrazó a una pata y afirmó:
— Un elefante es como el tronco de un árbol.
El cuarto se apoyó en el costado y dijo:
— Un elefante es como una pared.
La quinta persona aferró la cola del animal y gritó:
— Están equivocados. Un elefante es como una cuerda finita.
Y todos se fueron a sus casas muy convencidos de que sabían cómo era un elefante.
Cuento de la tradición hindú
domingo, 30 de noviembre de 2008
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