El amante llamó a la puerta de su amada.
— ¿Quién es? — preguntó la amada desde adentro.
— Soy yo — dijo el amante.
— Entonces, márchate. En esta casa no cabemos tú y yo.
El rechazado amante se fue al desierto, donde estuvo meditando durante meses, pensando en las palabras de su amada. Por fin, regresó y volvió a llamar a la puerta:
— ¿Quién es?
— Soy tú.
Y la puerta se abrió inmediatamente.
Cuento de la tradición hindú
sábado, 29 de noviembre de 2008
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