Antaño, los monjes budistas eran vegetarianos, castos, no bebían sake y permanecían solteros.
El abad del monasterio de Eihei, Hara Tazan, que anteriormente había sido profesor en la universidad de Tokio, se tomaba estas restricciones a la ligera.
Cierto día, un hombre rico lo invitó a comer a su casa junto con un maestro de moral, Honshorishi. Una servidora trajo sake. El maestro de moral reusó la bebida, pero el maestro Hara bebió y apreció su calidad:
—¡Está muy bueno! Los que no pueden beber esto, no son hombres.
Honshorisi se encolerizó:
—¿Pretende usted decir que yo no soy un hombre?
—No, usted es un buda —contestó Hara.
Todos los presentes se rieron mucho con esta respuesta, incluso el maestro de moral, desarmado por la sabiduría de Hara.
Cuento de la tradición budista.
domingo, 14 de agosto de 2011
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