A un hombre rico que tenía un vecino muy pobre, le dijo un adivino que todas sus riquezas pasarían algún día a manos del pobre. El rico se impresionó tanto que lo vendió todo. Con el dinero obtenido compró un gran diamante, que escondió en el turbante.
—Ahora —se dijo—, mi pobre vecino nunca obtendrá mi diamante.
Algún tiempo después, estando en el mar, el viento le llevó el turbante, que cayó en el agua y se hundió con el precioso diamante.
—De todos modos —pensó el rico-, si he perdido el diamante, mi pobre vecino nunca podrá poseerlo.
Pero, pocos días después, el pobre compró un pez en el mercado, y al abrirlo encontró el diamante que el pez se había tragado.
Cuento del Talmud.
domingo, 21 de agosto de 2011
El diamante del hombre rico
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