Alguien vino a visitar por primera vez al maestro Joshu. Apenas entró, vio, al fondo del jardín, a un magnifico anciano en profunda meditación. Le pregunto al jardinero, que estaba muy cerca, si ese anciano era Joshu. Y el jardinero le respondió:
—No, en absoluto. Joshu soy yo. Él es mi mejor discípulo.
Cuento de la tradición budista zen.
miércoles, 10 de agosto de 2011
La apariencia del maestro
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