Un hombre se perdió en el desierto. Y más tarde, refiriendo su experiencia a sus amigos, les contó cómo, absolutamente desesperado, se había puesto de rodillas y había implorado la ayuda de Dios.
— ¿Y respondió Dios tu plegaria? — le preguntaron.
— ¡Oh, no! Antes de que pudiera hacerlo, apareció un explorador y me indicó el camino.
Cuento recopilado por Anthony de Mello
lunes, 27 de abril de 2009
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1 comentario:
Genial, como de costumbre.
Cada entrada es una clase magistral.
UN ABRAZO GIGANTE.
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