lunes, 26 de julio de 2010

El calor de una vela

Nasrudín apostó con unos amigos a que él podría sobrevivir una noche en la montaña helada, sin nada que lo calentara. Llevó solamente un libro y una vela para alumbrarse, y se sentó a leer hasta que amaneció. Cuando bajó para reclamar su premio, sus amigos le preguntaron:
— ¿Llevaste algo para mantener el calor?
— No —dijo el mullah—. Sólo una pequeña vela para leer.
— ¡Ah, una vela! —exclamaron ellos—. ¡Entonces perdiste!

Una semana más tarde, invitó a esos mismos amigos a una cena en su casa, pero esperaron los alimentos durante un largo rato. Cuando protestaron por la demora, Nasrudín les dijo:
— La cena no está lista. Vengan a ver por qué.

En la cocina había una gran olla de agua colocada sobre una pequeña vela. El mullah dijo:
— ¿Recuerdan nuestra apuesta? He intentado hervir agua en esta olla con una vela desde ayer y ni siquiera está tibia.

Cuento de la tradición sufí.

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