viernes, 23 de octubre de 2009

El engaño

Cuando Nasrudín era joven, vivía cerca de su casa un hombre orgulloso, que se jactaba de que nadie podía engañarlo.
— Espérame aquí un rato —le dijo el mullah—, y pensaré una forma de engañarte.

Nasrudín se marchó. Tres horas más tarde, el arrogante todavía estaba esperando que el mullah regresara.
— ¿Qué haces aquí? —le preguntó alguien que pasaba.
— Estoy esperando que Nasrudín encuentre la forma de engañarme. ¡Hace horas que lo espero y todavía no ha regresado!

Cuento de la tradición sufí.

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