lunes, 20 de diciembre de 2010

Asnos

Un hombre se acercó a Sócrates con su hijo, y le pidió que se encargara de la educación del muchacho. El filósofo le dijo que le cobraría quinientos dracmas. Al rico le pareció muy caro:
–— ¡Es mucho dinero! —dijo—. Por esa cantidad podría comprarme un asno.
–— Efectivamente, le aconsejo que lo compre —repuso Sócrates—. Así tendrá dos.

Cuento de origen desconocido.

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