miércoles, 3 de febrero de 2010

El ladrón que se convirtió en discípulo

Una tarde, mientras el maestro Shichiri recitaba sutras, un ladrón entró en su casa. Puso en su cuello una espada afilada y le exigió dinero para salvar su vida.

Imperturbable, Shichiri le dijo:
— No me molestes. Puedes encontrar dinero en ese cajón.

Luego, retornó a su recitación. Pero un instante después se detuvo y pidió:
— No tomes todo. Necesito un poco para pagar mañana los impuestos

El intruso recogió la mayor parte del dinero e inició la retirada.
— Debes dar las gracias cuando recibes un regalo —agregó Shichiri. El hombre le dio las gracias y salió.

Pocos días después, el individuo fue capturado y confesó, entre otros, el robo a Shichiri. Cuando el maestro fue llamado como testigo, dijo:
— Este hombre no es un ladrón, al menos en lo que a mí respecta. Le di el dinero y él me dio las gracias.

Después de haber pagado su pena en prisión, el hombre fue a buscar a Shichiri y se convirtió en su discípulo.

Cuento de la tradición budista zen.

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