Buda tenía un
discípulo llamado Suddhipanthaka, al que todos conocían con el sobrenombre de
“Pequeño Camino”. Era el estudiante más lento del maestro. Todos, excepto él,
podían recordar sus enseñanzas. Pero si éste trataba de memorizar la primera
palabra de un sutra, se le olvidaba la segunda y viceversa. El Buda le dio
entonces el trabajo de limpiar los zapatos de otros discípulos, puesto que no
parecía apto para hacer otra cosa.
Después de haber limpiado zapatos por un tiempo bastante largo, “Pequeño camino” se preguntó a sí mismo: “Todos los zapatos están limpios, pero ¿está mi mente tan limpia?”. En ese momento, su mente se liberó por completo.
Después de haber limpiado zapatos por un tiempo bastante largo, “Pequeño camino” se preguntó a sí mismo: “Todos los zapatos están limpios, pero ¿está mi mente tan limpia?”. En ese momento, su mente se liberó por completo.
Cuento de la
tradición budista zen.
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