martes, 21 de agosto de 2012

El asno se ha ido


Cierta noche, un viajero llegó a una pequeña ciudad, acompañado de un servidor y de un asno cargado de mercancías. Cuando arribaron a la posada, el mercader  le dijo a su servidor:
—¡Vigila atentamente al asno, que yo voy a tomarme un vaso de leche!
Al entrar en el albergue, vio a un grupo de sufís cantando y bailando juntos. Los religiosos lo invitaron a entrar en el círculo y le propusieron tomar por tema: “el asno se ha ido”. Feliz de participar en una actividad tan altamente espiritual e imaginando que el asno simbolizaba el ego del que hay que liberarse, el hombre aceptó la propuesta de buen grado. Se puso a cantar y a bailar con tal entusiasmo que entró en trance.
Al cabo de un rato, cuando quiso reanudar su camino, se dio cuenta de que su asno había desaparecido. Furioso, reconvino a su servidor:
—Pero, ¿qué has hecho? ¡Te ordené que vigilaras al asno!
—Vine a avisarte que querían quitártelo —repuso el servidor avergonzado—, pero como te vi en el colmo de la felicidad cantando “El asno se ha ido. El asno se ha ido”, no insistí.

Cuento de la tradición sufí.

No hay comentarios: